Qué propone Trump para la economía: ¿qué efectos podría provocar en Argentina?

El lunes 20 de enero asumió Donald Trump como el 47.º presidente de los Estados Unidos, y como siempre mencionamos desde Mujer Financiera, cuando hay un cambio de gobierno, también hay oportunidades. Te contamos una por una las principales propuestas de Trump y su posible impacto en la economía:

  1. Aranceles a importaciones

Trump tiene una visión proteccionista de la economía fundamentada en un objetivo principal: proteger y desarrollar la industria y economía estadounidense. En línea con esto, prometió a lo largo de la campaña fuertes aranceles a las importaciones.

¿Qué efecto tiene esto? Los impuestos a los productos extranjeros elevan naturalmente sus precios. Eso da margen a que productores estadounidenses puedan subir sus propios precios (siempre un poco por debajo de las importaciones) y de esa manera tener mayor margen de ganancia, lo que impulsa la industria local. Generando un aumento en el nivel de gastos destinados a infraestructura y salud, factores clave para fortalecer el sector industrial y de materiales.

En su campaña había prometido un arancel universal a todas las importaciones. Por el momento parece haber retrasado esa idea, aunque ya confirmó un 25% de impuestos sobre importaciones de Canadá y México a partir del 1 de febrero.

Aún no se sabe cómo se implementarán, aunque existe la posibilidad de que sea por sector. Algunos de los que se ve más concentrado en proteger son el energético, automotriz y maquinaria eléctrica, y la industria tradicional.

Consecuencias de esta visión:

  • Aumento de precios en Estados Unidos.

  • Riesgo inflacionario.

  • Perjudica a los países emergentes exportadores: sus productos se vuelven menos competitivos.

El aumento de precios ocasionado por los aranceles, entonces, podría aumentar la inflación en el corto plazo. Esto se profundizaría además por la promesa de quitar impuestos a las empresas, lo que implica menos ingresos para el gobierno, pero a la vez no acompañado por la reducción del gasto estatal, puede aumentar la inflación si se recurre a la emisión o endeudamiento para financiarlo.

Entonces, dado lo esperado en cuanto a sus políticas, se espera un piso más alto en la inflación esperada, lo que a su vez conlleva un piso más alto en el nivel de tasa de interés de referencia de la Reserva Federal.

Eso puede cambiar las expectativas sobre el rumbo de las tasas de interés. Sabemos que durante 2024, la Fed inició el ciclo de baja de las tasas de interés, dado que la inflación comenzó a descender a niveles más parecidos al 2%, ritmo objetivo de la autoridad monetaria.

Sin embargo, como se espera que la inflación podría llegar a aumentar, vemos cambios en las expectativas: los mercados proyectan que habrá menos recortes que los inicialmente pensados.

Eso, a su vez, nos puede llevar a volatilidad en el corto plazo en los rendimientos de la renta fija y la evolución de los índices de acciones.

El mundo de la renta variable esperaba con ansias un recorte de tasas, que implica más oportunidad de inversión y de crédito. Si la tasa se mantiene, podría complicar la perspectiva de ciertas empresas.

Por el lado de la renta fija, tasas más altas implican mayores rendimientos para los bonos estadounidenses. Desde la visión de los emergentes, eso puede traer el efecto negativo de “fight to quality”. Este fenómeno ocurre cuando los inversores, frente a situaciones de incertidumbre en los mercados, transfieren sus inversiones de activos más riesgosos a activos más seguros y estables. Si los bonos de EEUU, considerados los activos más seguros del mundo, ofrecen mayores tasas, los inversores se retiran de mercados más riesgosos como los emergentes.

Eso impacta de forma negativa en los mercados e inversiones de países en desarrollo, y a la vez encarece el crédito a nivel internacional por mayores tasas de interés.

Por otro lado, si el proceso de recorte de tasas se frena o desacelera, el dólar tendería a fortalecerse. Eso a su vez impacta negativamente en el precio de las commodities. Caídas en estos precios siempre son malas noticias para los exportadores de commodities.

¿Cómo invertimos en este contexto?

Por un lado, hay que tener en cuenta que habrá mucha volatilidad en el mercado. Por lo tanto, es fundamental estar listas para el riesgo y sólo incorporar instrumentos en los que nos sintamos cómodas.

José Bano, asesor financiero, sugiere, en vistas de esto, algunos sectores que podrían beneficiarse de este contexto. Para invertir en sectores petroleros, que se beneficiarían del aumento de aranceles, se puede acceder a CEDEARs como el XLE (ETF del sector energético), XOM (Exxon) o CVX (Chevron). Del sector financiero, siempre favorecido por el republicano que impulsa la desregulación, puedes invertir en XLF (ETF del sector financiero), JPM (JP Morgan) o BAC (Bank of America), por ejemplo.

Gustavo Neffa, economista y analista de Research for Traders (RfT), recomienda el índice (ETF) de XLU (Utilities Select Sector SPDR Fund), dadas las tendencias proteccionistas de Trump.

A su vez, Milo Farro, analista en Rava Bursátil, recomienda el Dow Jones (DIA), debido a que este índice diversificado permite obtener exposición a los sectores industrial, financiero y tecnológico. Otra alternativa recomendada por Farro es el ETF (índice) IVE de Blackrock, recientemente incorporado como Cedear en Argentina y compuesto por las denominadas "empresas de valor" del S&P500.

Igualmente, hay que tener en cuenta que todas estas proyecciones son con base en promesas de campaña. La llegada al gobierno, las decisiones que comience a tomar y cómo reaccione la economía estadounidense a ellas definirán realmente qué sectores se verán más favorecidos. Por eso, siempre es crucial estar atenta al contexto para manejar el portafolio e invertir respetando tu perfil de riesgo.

2. Desarrollo de energía

El sector energético será un eje central en la agenda económica de Trump. Durante su mandato anterior, impulsó la producción de combustibles fósiles y favoreció la desregulación en áreas como la extracción de gas y petróleo.

En su campaña, prometió eliminar todos los obstáculos regulatorios para la explotación de hidrocarburos, incluso ante denuncias de contaminación del agua, con el objetivo de lograr la autosuficiencia energética de Estados Unidos, el principal productor mundial de petróleo. Esta postura quedó reflejada en su discurso inaugural, donde empleó la frase "drill, baby, drill" (que literalmente significa "perforar"), reafirmando su apoyo a la industria petrolera. Además, anunció su intención de declarar una emergencia energética nacional para aumentar la generación eléctrica, un componente clave para competir con China en tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, que dependen de centros de datos con alto consumo energético.

Estados Unidos cuenta con uno de los mayores yacimientos de petróleo y gas del mundo. Trump ha enfatizado su disposición para aprovechar estos recursos, principalmente en la forma de combustibles no convencionales como el "shale oil", cuya extracción se realiza mediante la controvertida técnica de fractura hidráulica o "fracking". Este tipo de petróleo y gas, similar al que se encuentra en Vaca Muerta, posiciona a Trump como un potencial aliado estratégico de países productores de "shale", como Argentina.

Las políticas energéticas de Trump podrían generar una caída global en los precios de la energía, resultado de un aumento en la oferta mundial combinado con una posible disminución de la demanda debido a la desaceleración económica de China, uno de los mayores consumidores de hidrocarburos. Además, China está transitando hacia el transporte eléctrico, lo que podría reducir aún más su consumo de combustibles fósiles.

¿Cómo afectaría esto a Argentina? En 2024, el petróleo y el gas representaron el 30% del superávit comercial nacional, y las proyecciones, tanto oficiales como del sector privado, anticipan un incremento significativo para 2025. Sin embargo, existe el riesgo de que este esfuerzo exportador, impulsado por inversiones masivas en proyectos como Vaca Muerta, se vea contrarrestado por una caída en los precios globales debido a las políticas de Trump.

A pesar de estos riesgos, el presidente argentino, Javier Milei, considera que las políticas globales de Trump podrían tener un impacto positivo en Argentina. Por ello, apuesta por una alianza estratégica con Estados Unidos para capitalizar el auge energético. Milei ha promovido el petróleo, el gas y la minería como pilares fundamentales para la recuperación económica del país, desestimando las preocupaciones de la agenda ecologista.

3. Criptomonedas

Con la llegada de Donald Trump a la presidencia, se abre un panorama prometedor para la industria de las criptomonedas en Estados Unidos. Trump ha anunciado un ambicioso plan para convertir al país en la "capital cripto" del mundo, implementando políticas y medidas que podrían transformar tanto la regulación como la adopción de los activos digitales.

Entre sus propuestas destacadas durante la campaña, Trump mencionó la creación de una reserva estratégica de criptomonedas, similar a las reservas de oro, donde el gobierno acumularía Bitcoin y otros activos digitales. Esta iniciativa buscaría fomentar la adopción institucional y promover el uso de criptomonedas en la economía real.

Asimismo, el presidente aseguró que establecería regulaciones favorables para la industria, con el objetivo de incentivar la innovación y atraer inversiones al sector. Esta visión quedó reflejada en la selección de Paul Atkins como candidato para liderar la SEC, quien es conocido por su postura pro-cripto. Este enfoque contrasta notablemente con la administración anterior, caracterizada por regulaciones estrictas y acciones legales que muchos consideraron hostiles hacia la industria.

Trump también destacó su intención de simplificar el proceso de aprobación de fondos cotizados (ETF) de Bitcoin, lo que facilitaría la entrada de inversores institucionales al mercado. Además, propuso impulsar la minería de Bitcoin, lo que posicionaría a Estados Unidos como líder global en tecnología blockchain.

El entusiasmo generado por estas promesas llevó a las criptomonedas a alcanzar máximos históricos. Bitcoin, por ejemplo, llegó a cotizar a $109,000 horas antes de la inauguración presidencial. Sin embargo, esta euforia se vio acompañada por polémicas, como el lanzamiento previo de los tokens $TRUMP y $MELANIA (este último en honor a la primera dama), que generaron preocupaciones por posibles conflictos de interés según representantes de la industria.

A pesar de las expectativas, las criptomonedas sufrieron un retroceso significativo tras el discurso de asunción presidencial, en el cual Trump no mencionó el tema, generando incertidumbre en los mercados. Bitcoin registró una caída del 4.4%, cotizando a $103,184, lo que reflejó que las criptomonedas no parecen ser una prioridad inmediata en su agenda.

Por otro lado, sigue habiendo volatilidad en las criptomonedas por factores globales: la empresa china Deep Seek llegó con un modelo de IA muy competitivo e innovador frente a Open IA. Esto genera una amenaza frente a la dominación de EEUU de los mercados tecnológicos, e hizo que la mayoría de las criptomonedas arrancaran la semana a la baja.

Como siempre, será necesario esperar para evaluar si Trump cumple con sus promesas en este ámbito. Es importante recordar que las criptomonedas son activos altamente volátiles, adecuados solo para inversores con un perfil de riesgo elevado. Si decidimos incluirlas en nuestra cartera, debemos ser conscientes de los riesgos asociados y evitar destinar una porción significativa de nuestras inversiones a Bitcoin.

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