El boom de los bancos

El Rally del Merval no tiene descanso todavía. Cuando alguien sale a vender por temor a que las acciones comiencen a caer, la bolsa porteña revierte y sigue subiendo.

¿Quién fue la estrella del 2024? 
De forma indiscutida, el sector financiero o bancario.

En este gráfico vemos la evolución del precio en pesos de los bancos Supervielle, Galicia y Macro. Los tres superaron el 300% de ganancias en el año anterior, representando así una oportunidad de ganancias inéditas. 

No sólo las acciones argentinas, sino también sus ADRs, es decir, los títulos que cotizan en Estados Unidos, tuvieron un excelente desempeño. BBVA aumentó 303%, Galicia 294%, Supervielle 290% y Macro 281%.

 Esto refleja un entusiasmo no sólo local, sino a nivel internacional por este sector del país. 

En noviembre, por ejemplo, JP Morgan elevó el precio objetivo para los bancos argentinos, comprendidos como “sobreponderados”. Es decir, la recomendación de aumentar la inversión en estos títulos.  Los fundamentos que destacó como justificación fueron el éxito del blanqueo, el superávit y la fuerte desaceleración de la inflación.

 El mercado reaccionó con optimismo a esta recomendación, y ese mismo día los títulos bancarios aumentaron hasta 18% en pesos y 16% en dólares. En conclusión: los inversores globales ven con codicia los bancos argentinos.

¿Qué razones se encuentran detrás de este crecimiento?

Si miramos a comienzos de 2024, las acciones bancarias se encontraban rezagadas respecto a los sectores de energía y materiales, por ejemplo. El ciclo alcista del Merval ya había comenzado en 2023. Pero el sector financiero se encontraba por detrás. 

¿Por qué? Entre algunas de las razones destaca la elevada deuda pública que había en manos de los bancos. La incertidumbre sobre cómo evolucionaría ese escenario había generado cautela entre inversores con respecto a los bancos argentinos. 
Sin embargo, la normalización macroeconómica y la reestructuración de la deuda cambiaron el panorama futuro para los bancos. La desaceleración de la inflación, el superávit fiscal y la incipiente recuperación del crédito privado impulsaron el entusiasmo por los distintos bancos argentinos. 

El crecimiento de las acciones bancarias, ¿se fundamenta en factores reales? 

O en palabras más simples, ¿sigue conviniendo invertir en bancos?

Hay que entender esto: en los años pasados, los bancos eran grandes aliados del sector público. Por su necesidad de financiamiento, el Banco Central emitía LELIQs que los bancos absorbían. Esta oportunidad de ganancia “fácil” les permitía dar plazos fijos atractivos a sus clientes, y así los bancos gozaron en los últimos años de spreads o ganancias inauditas. 

Cuando hay inflación, emisión y caos macroeconómico, es muy fácil que los grandes ganen de forma fácil. 

Ahora, con una tasa de política monetaria a la baja, desaceleración de la inflación y normalización económica, las reglas del juego son mucho más justas. Y eso implica que ya no será tan fácil triunfar de forma simple. El negocio entonces, ¿en qué consistirá? 

La apuesta será en el crédito privado: competir en el ofrecimiento de tasas atractivas que permitan al público tomar crédito de las entidades bancarias. Ese es, al fin y al cabo, el negocio de los bancos en una economía saludable. Cuando ya no hay inflación para tapar las irregularidades, las empresas tienen que aumentar su competitividad. 

El Grupo IEB destaca que todos estos factores harán al crédito más atractivo tanto para individuos como para empresas. Además, actualmente el potencial de crecimiento es enorme si consideramos que los préstamos sobre el PBI apenas superan el 9%, un nivel muy bajo si se compara esta cifra con el 32% de México y el 42% de Perú y Colombia. Incluso, en Brasil es del 55% y en Chile del 84%. 

Pero el 2025 se plantea como un verdadero desafío para los bancos, en ver de qué manera podrán competir y destacarse en un mercado cada vez más desregulado y con mayores competidores.

Otro desafío que tiene el sector bancario es que el crecimiento económico se sostenga en el tiempo, permitiendo que los consumidores ganen confianza para embarcarse en tomar un préstamo a 10 o 20 años, como son usualmente los créditos hipotecarios. 

Desde Consultatio Investments, señalan que aunque el precio está alto, si se lo compara con 2017, donde alcanzó niveles parecidos, las empresas tienen fundamentos muchísimo más sólidos que en ese entonces. Sin embargo, y aunque se partió de un escenario atrasado, es probable que gran parte del crecimiento ya esté descontado en el precio. Es decir, es muy difícil volver a ver la magnitud de las ganancias que se logró en 2024.

Entonces esta debería ser nuestra conclusión: no hay que perder de vista que las acciones son un activo muy arriesgado y volátil. Que todo el espacio de crecimiento que ofrecen también puede ser de caída. Y teniendo en cuenta que el índice accionario argentino se encuentra cerca de máximos históricos, invertir solo en la medida en que una esté dispuesta a exponerse a la pérdida también. 

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