Mujer Financiera, la historia detrás.

¡Hola Chicas!

Hoy les voy a contar la historia detrás de este blog, porque todo lo que sucede en la vida tiene un origen, y Mujer Financiera no escapa a ello. Están a punto de leer de dónde nació la idea de crear una comunidad pensada en ayudar a las mujeres a manejar sus finanzas de forma eficiente.

Podríamos decir que con la modernidad, las mujeres ocupamos un rol mucho más activo en la economía y de allí la necesidad de estar informadas sobre temas de finanzas. Si bien es cierto, y este también es un condimento dentro de la receta que dio por resultado el blog, no es el centro de nuestra historia. Es solo él una parte de ella.

El origen de todas las cosas y de todos es la familia; independientemente de la historia de vida que a cada uno le tocó vivir, todos llegamos al mundo como el resultado de la interacción de dos personas. En mi caso puedo decir que fui una afortunada de la vida y nací como resultado del amor de mis padres, quienes se conocieron, se enamoraron, se casaron y luego fueron en búsqueda de esta persona que aquí les escribe. Mi familia fue siempre muy tradicional: mi papá era militar, así que claramente era el hombre de la familia y mi mamá era la esposa de mi papá. Suena fuerte, pero en esa época eso era lo más común. Hoy diría que mi mamá se dedica a tal cosa (trabajo o profesión), pero en ese momento hace exactamente 30 años atrás mi mamá era simplemente la esposa de mi papá. Ella se dedicaba a cuidar de mí, de la casa y de la calidez del hogar mientras mi papá trabajaba. Él era quien se encargaba de toda la economía familiar. Era quien sabía cuando había que ahorrar, cuando se podía hacer algún gasto extra, cuando vencían las cuentas y cómo se pagaban. Incluso era el que siempre estaba pensando que nuevo negocio podía comenzar para generar nuevos ingresos, además de su trabajo habitual. Cuando yo tenía 5 años decidieron que era un buen momento para buscar un hermanito, pero resultó ser que mi hermosa hermana tardó en llegar otros 4 años más. Así que cuando yo tenía 9 años, finalmente llegó Karen a nuestras vidas y ¡fuimos por 7 días una familia muy feliz! Nos duró poco porque la vida nos tenía preparado un nuevo capítulo, que jamás habíamos imaginado. A los 8 días del nacimiento de mi hermana, mi papá falleció en un accidente y nuestra vida cambió completamente.

Mi familia era de clase media; con algunos pequeños ahorros, vivíamos en una hermosa casa en un barrio militar que el Estado le provee a las familias de las fuerzas armadas (pero no era nuestra, porque no se le podía comprar al Estado). Entonces, volviendo al día en que todo cambió, además de tener que sobrellevar una perdida tan grande, también teníamos que ocuparnos del incómodo tema del dinero. Mi papá murió con 33 años, 2 hijas, una de 9 años y otra de 8 días y una esposa que lo amaba con toda su alma, pero a quien nunca le habían dicho cómo se manejaban los temas de dinero en la familia. Sumado a ello, él nunca pensó que iba a morir tan joven, así que había decidido no contratar una póliza de seguro de vida adicional porque era del tipo de persona que decía: a mí no me va a pasar nada. Así que recibimos el seguro de vida básico por su trabajo y no mucho más. Mi mamá no tenía trabajo (había dejado de trabajar 12 años atrás cuando se casó con mi papá), no teníamos casa y, por sobre todo, mi mamá no tenía el conocimiento necesario para afrontar esa situación. Tal fue así que los pocos miles de dólares que recibió por el seguro de vida de mi papá también los perdió con el famoso corralito del 2000.

Así que con 9 años recibí una de las lecciones más grandes de mi vida: nadie puede saber lo que la vida le tiene preparado, no está bajo nuestro control eso, pero lo que sí podemos hacer es prepararnos para lo inesperado, tomar todas las medidas necesarias para protegernos y para proteger a las personas que amamos. Y el dinero es todo y hace todo en estos casos. No lo digo en el sentido material, sino en el sentido de que resuelve y ayuda a atravesar situaciones cómo estas de una mejor forma. Ni aunque hubiéramos sido millonarios, hubiéramos podido sentir menos dolor del que sentimos en ese momento y del que todavía sentimos, pero sí es verdad que si mi mamá hubiera sido la mujer financiera en que espero todas puedan convertirse leyendo este blog, todo hubiera sido más fácil. 

La buena noticia es que he visto salir adelante a mi madre de una forma tan increíble que hoy ella es una de mis grandes inspiraciones. Y doy fé de que se puede. Con esfuerzo todo se logra. Ella, con sus jóvenes 36 años, era viuda, tenía toda una vida por delante y nada la había preparado para eso. Tenía una cesaría de hacía 8 días, una nena y un bebé, pero así y todo salió a buscar trabajo; lo encontró, aprendió a organizarse y gracias a eso nunca nos faltó nada. Hoy si tuviera que describir a mi mamá, diría que brilla en su trabajo, que logró crecer como mujer, como profesional y como madre. Creo que su talento y sus capacidades siempre estuvieron en ella, pero estaban ocultas por la situación y por un hombre que resolvía todo, porque en ese momento se creía que eso era amor.

¡Cómo conclusión, aprendí que todo se puede! Simplemente hay que salir de la zona de confort, animarse a superarse y no esperar a que la vida nos obligue a hacerlo; si empezamos hoy podemos ganar tiempo.

Es mi mayor deseo inspirar y enseñar sobre finanzas a todas las mujeres, pero también crear una comunidad dónde podamos compartir información, aprender a juntar y ayudarnos, porque sé que hay muchas historias como la de mi mamá, porque sé que muchas quieren aprender sobre temas de finanzas, sobre temas como el ahorro, las inversiones, los préstamos, etc. y no saben por dónde empezar, porque sé que todas tenemos sueños por cumplir y para cumplir los sueños hace falta un plan y casi siempre hace falta dinero también. ¡Así que no perdamos más tiempo y comencemos hoy a planear cómo cumplir nuestros sueños! Yo hoy estoy aquí comenzando a hacer realidad uno…

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