Inflación, tasa de interés y el dólar: los temas de la semana pasada 

Esta semana fue una semana importante de definiciones macroeconómicas en la Argentina. Muchas de ellas surgen a partir del dato de inflación de diciembre: 2,7% mensual. 

Si se lo compara con diciembre de 2023, donde fue 25,5%, se podría considerar un gran avance, ¿verdad? Sin embargo, representa una leve aceleración frente al 2,4% de noviembre. Se puede explicar por factores estacionales, como el aumento de gastos por las fiestas, vacaciones y la llegada del aguinaldo, y además coincidió con las expectativas del REM. Lo que sí prendió una luz de alerta fue la aceleración de la inflación núcleo del 2,7% al 3,2%. 

El Gobierno había adelantado que, si se conseguían tres meses consecutivos de inflación cercana al 3,5%, se bajaría el crawling peg. Y habiendo llegado a ese escenario (2,7% en octubre, 2,4% en noviembre y 2,7% ahora), el Banco Central cumplió con eso.

¿Qué significa eso y cómo impacta? El crawling peg es la devaluación periódica del tipo de cambio oficial. Funciona como una gran ancla en el programa económico. 

Que el dólar oficial aumente 2% de forma mensual implica que el precio detodos los bienes y servicios atados de alguna manera al precio del dólar se ve afectado de forma directa. Es decir, su precio nunca desacelerará menos del 2% mensual si son importados o producidos con insumos importados. 

En otras palabras, representa una barrera para la desaceleración de la inflación de una parte de la economía. 

La reducción del 2% al 1% mensual representa entonces una ayuda extra para permitir que la desaceleración de la inflación continúe su sendero. 

La pregunta de cómo impacta es una gran incógnita tanto en la economía como en el mercado financiero. 

Una gran discusión se centraba en si se bajaría o no la tasa de política monetaria. Actualmente, su nivel es del 32%. Pero en el marco de normalización de las variables macroeconómicas, el BCRA estima una reducción del 5% TNA para el primer trimestre del 2025. Pareciera que el Banco Central, sin embargo, no la bajará por lo menos hasta febrero. 

¿Qué impacto tiene en los instrumentos financieros? 

La baja del crawling da más aire para que continúe el carry trade. Es decir, si el dólar financiero sigue la tendencia del oficial y “plancha” su precio (desde el 1 de diciembre de 2024 al 16 de enero aumentó 8,9%), hay más espacio para que las inversiones en pesos sigan dando buenos rendimientos. 

En otras palabras: en la medida en que el precio del dólar no crezca, invertir en pesos sigue siendo rentable. 

Sin embargo, si bajan la tasa de interés, cae esa misma rentabilidad. ¿Por qué? Se ve inmediatamente afectada la tasa de plazos fijos, cauciones, letras y otros instrumentos en pesos a tasa fija. 

Eso, por otro lado, podría llevar a un aumento de la demanda del dólar. Si invertir en pesos no es rentable, entonces uno vuelca sus ahorros al dólar, y al crecer la demanda por la divisa, aumenta su precio. 

Por lo tanto, se deberá observar con atención qué pasa con las elecciones en el mercado financiero, donde optan los ahorristas por poner sus esfuerzos y cómo impacta eso en los distintos precios de la economía. 

Para los que apuestan por el peso, ¿qué pasa con la tasa fija y los bonos CER?

Muchos descontaban que iba a haber un recorte inminente de la tasa fija en pesos. Eso hubiese dado upside para valorizar a los instrumentos a tasa fija, LECAPs y BONCAPs, sobre todo los de plazo mediano y largo. 

¿Por qué? Como sabemos, cuando la tasa baja, los activos ya emitidos a mayor tasa ganan valor. Eso naturalmente los hace más demandados, y por lo tanto aumenta su precio. 

Como el aumento de tasa no ocurrió, y ahora se cree que podría demorar más de lo previsto (pareciera que el BCRA priorizará la estabilidad cambiaria), la tasa fija de mayor plazo recortó precios entre el 0,5% y el 1,5%. 

Por otro lado, se encuentra la deuda indexada por inflación, es decir, los bonos CER. Según el último informe de IEB Research, en el último mes acumularon una suba en promedio del 6%. Eso lleva su TIR, rentabilidad esperada, por debajo del 8% más inflación. 

Eso implica rendimientos menores al 1% mensual, y si se estima la inflación cercana al 2% que el REM proyecta para los próximos meses, lleva a rendimientos de casi el 3% mensual.

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